¿Quién fue el retado más eficiente? #DesAUTOxícate
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No es nuevo decir que la mejor energía es la que no se consume. Si fuéramos conscientes del ahorro económico y del beneficio que propicia en todos los sentidos, especialmente en cuanto al consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero se refiere, no dudaríamos un segundo en aplicar técnicas de conducción eficiente en nuestros desplazamientos. El hecho es que, por lo general (lamentablemente) la mayor parte de los conductores no recibe formación específica nunca, incluso a pesar de que el desempeño de su trabajo exija el uso constante de un vehículo.
La utilización del autómovil para desplazarnos de un lugar a otro es un modo menos eficiente y con un mayor impacto ambiental que otros modos de movilidad, pero que provee de una serie de ventajas o singularidades que lo convierten en una alternativa más de movilidad. En algunos desplazamientos o en determinados tipos de trabajo, las alternativas de transporte público, a pie o en bicicleta no pueden “competir” con el transporte en coche si hablamos en términos de tiempo.
Por ello es vital pensar cómo optimizar los desplazamientos en coche, por ejemplo, utilizando modos colaborativos, como el viaje compartido o carpooling (frente a viajar sólo) o el uso compartido del vehículo (carsharing o car2go), que evitan los costes fijos de tener un vehículo en propiedad y a la vez que disminuyen el tráfico en la ciudad.
Pero al margen de estas opciones debe contemplarse que a los mandos del volante el conductor tiene en sus manos incidir en la eficiencia del desplazamiento con su modo de conducción y su actitud. Según cifras oficiales el sector del transporte es responsable de un 23,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero y dentro de los sectores difusos representa el 40% de los mismos. Aunque las nuevas tecnologías y el incremento de las exigencias para los vehículos nuevos han permitido reducir notablemente los consumos y las emisiones del transporte motorizado, en los últimos años, existe un amplio margen de mejora desde el punto de vista de la conducción. La actitud del conductor va más allá de los avances tecnológicos o de la constante innovación del sector, aunque se complementen, y puede conseguir una disminución de los consumos de hasta un 15% además de aumentar la seguridad vial y de reducir su impacto sobre la calidad del aire. La conducción de forma eficiente, por otro lado, proporciona otras ventajas macroeconómicas al reducir el consumo energético de un sector estratégico, influir en la balanza de pagos y minimizar la enorme dependencia energética del país.
Por ello el reto “DesAUTOxícate” quiso que los “retados”, usuarios del coche en determinados desplazamientos, recibiesen formación en conducción eficiente. Por ello el sábado 13 de junio se desplazaron al circuito de Moraleja de Enmedio (Madrid) del RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) para aprender a optimizar técnicas de aceleración y desaceleración, realizar un adecuado cambio de marchas y a anticiparse a las situaciones del tráfico, reduciendo así sus consumos y minimizando el impacto ambiental de los trayectos en coche.
Los retados compitieron consigo mismos y entre ellos para ser más eficientes. Primero realizaron el recorrido sin ningún tipo de formación teórica, se anotaron sus consumos, velocidad media y distancia recorrida. Después recibieron la formación teórica que les proporcionó el RACC, donde además pudieron resolver sus dudas y finalmente realizaron el mismo recorrido para observar el margen de mejora. Todos ellos bajaron el consumo más de un 10%, siendo Lidia la que logró una mayor reducción entre el primer recorrido y el segundo (un 15%) y Laura la persona que consiguió aumentar más la velocidad y aun así reducir un 13% su consumo.
El reto se pudo seguir en directo a través de Twitter con el hashtag #desAUTOxicate no obstante muy ponto podrás ver el vídeo de esta actividad en nuestro canal de YouTube y en la web del reto.
Escuela de conducción eficiente RACC