El Reto DesAUTOxícate contribuirá a visibilizar la importancia de potenciar la marcha a pie en nuestras ciudades

 

En este post, escrito en el marco del Reto DesAUTOxicate de la Asociación de Ciencias Ambientales, quiero incidir en la importancia de la movilidad peatonal tendrá para las cuatro personas que han asumido dicho Reto: recurrirán al tránsito a pie para realizar los desplazamientos cortos de su día a día, pero también aquellos comprendidos en los viajes intermodales que efectúen (cuando cambien de un medio de transporte público a otro), o simplemente cuando complementen uno de esos medios públicos con la marcha a pie.   Esto equivale a decir que mientras que dure el Reto caminarán más, lo que les conllevará a ellos y a la sociedad una serie de beneficios. 

 

Estos son sólo algunos de ellos:

  • Realizarán más ejercicio, lo cual tendrá un efecto positivo sobre su salud física y emocional. 
  • Si realizan parte de sus trayectos peatonales con niños y adolescentes (por ejemplo, al acompañarles al colegio) llevarán a cabo una labor educadora, que contribuirá a crear hábitos saludables en los más jóvenes.
  • Utilizarán en mayor medida el espacio público como peatones, lo que redundará en un aumento de su concienciación sobre la importancia de que el mismo sea de calidad, universalmente accesible y dedique superficie suficiente para el movimiento y la estancia de los ciudadanos.  Además, al caminar contribuirán a dinamizar las calles y plazas, haciéndolas más seguras.
  • Al sustituir el coche por la marcha a pie reducirán su huella ecológica, contribuyendo a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero. 

 

Las dos últimas cuestiones tendrán un impacto directo sobre la calidad del espacio público de su ciudad que, aunque a pequeña escala, es representativo del Reto que afrontan:  Un uso peatonal del espacio público (en detrimento del vehículo privado) contribuye a su calidad ambiental y social, lo cual, a su vez, anima a más personas a caminar.  Esta cuestión es una realidad a la que la mayor parte de las administraciones locales todavía no han dedicado suficiente atención en nuestro país, renunciando con ello a utilizar el potencial transformador de la movilidad peatonal para regenerar calles y plazas, al tiempo que se aborda desde la acción local la mitigación del cambio climático.  Se trata de un tema que no acaba de ser tratado de manera consistente desde las políticas de regeneración urbana, pero tampoco desde las incipientes acciones locales de lucha contra el cambio climático, o las de movilidad (ni siquiera el gran número de Planes de Movilidad Urbana Sostenible desarrollado en el marco español en los últimos años arroja como resultado un cambio cualitativo a este respecto, lo que se refleja en el lento ritmo de recuperación de espacios para constituir verdaderas redes peatonales en nuestras ciudades):  Basta con reducir la frecuencia de vehículos y la velocidad a la que pasan por una calle para observar como cambia la percepción que tenemos del espacio público debido a que esto deriva en un aire más respirable, la disminución del ruido, el aumento de la seguridad real y percibida (por el menor paso de vehículos y su marcha más lenta), un paisaje urbano más atractivo (al haber menos coches pasando).  A su vez el uso del espacio público da lugar a la identificación de los ciudadanos con el mismo, lo que lleva a valorarlo, a cuidarlo, a movilizarnos para hacer llegar a las administraciones locales nuestras demandas para que este se mantenga en buenas condiciones y sea accesible para tod@s en igual medida.  Dicha percepción mejora aún más cuando los espacios peatonales se sitúan en red, permitiéndonos movernos de un sitio a otro de la ciudad de manera cómoda y segura.

 

El Reto DesAUTOxícate contribuirá a visibilizar la importancia de cuidar y potenciar la marcha a pie en nuestras ciudades y a la reflexión sobre la necesidad de darle mayor cabida dentro de las acciones de planificación de la movilidad y de mejora del medio urbano de las distintas administraciones, desde el entendimiento de su capacidad de mitigación del cambio climático y de mejora social y ambiental del espacio público, siguiendo el camino emprendido por algunos ejemplos inspiradores que ya existen en el marco español y europeo.  

 

 

SONIA DE GREGORIO HURTADO

Universidad Politécnica de Madrid