Infraestructuras verdes urbanas y periurbanas

 

 

Infraestructuras verdes urbanas y periurbanas

GT-4 

 

Las infraestructuras verdes son redes diseñadas y planificadas con el fin de aportar una serie de servicios ecosistémicos (abastecimiento, regulación y cultural) que permiten interconectar espacios con una serie de valores naturales y sociales con un carácter multifuncional, ya que fomentan la calidad de vida, mejoran la biodiversidad, suponen una herramienta de protección y/o mitigación contra el cambio climático y aplican un enfoque integrado y sostenible en el desarrollo del territorio.

 

En general, los elementos que forman parte de una red verde varían en gran medida con la escalabilidad y las necesidades de la propia red. Así pues, un enfoque territorial en el que se prima la conservación de hábitats y servicios ecosistémicos, fomentando los flujos, encontramos elementos clásicos como Nodos  (Parques naturales, Parques Nacionales), conectores (corredores ecológicos como ríos) o stepping stones (áreas estratégicamente ubicadas que mejoran la conectividad entre nodos) y que requieren para su desarrollo una importante labor de ordenación y planificación territorial, que implica a todos los actores de la sociedad. El ejemplo más claramente identificable es el que se crea a partir de la Red Natura 2000 a nivel europeo y/o nacional. A nivel nacional, la Comunidad Valenciana ha iniciado un ambicioso proyecto en el que se ha incorporado al ordenamiento jurídico un plan de acción territorial en el que prima un diseño de infraestructuras verdes que interconectan su territorio.

 

Las áreas periurbanas, zonas de transición en la interfaz urbana-rural, son espacios multifuncionales que mantienen las funciones ecológicas del paisaje y que se encuentran sometidos a transformaciones y presiones continuas, que sirven a su vez para delimitar el espacio urbano. En ellas se entremezclan espacios naturales colindantes a las zonas urbanas, paisajes agrarios, espacios ajardinados, parques periurbanos y/o anillos verdes, que permiten permear el entramado urbano y rural estableciendo relaciones de reciprocidad entre ambos.

 

A escala urbana, se encuentran espacios que han sido tradicionalmente enfocados a la recreación como parques, plazas, jardines o patios interiores, es decir, dotaciones con una clara función social. Sin embargo, en los últimos años se han desarrollado iniciativas locales que han fomentado una mayor funcionalidad del espacio público de cara a una mejora ambiental urbana introduciendo nuevos elementos. Uno de ellos ha sido el resurgir de los huertos en el entramado urbano promoviendo el autoabastecimiento, que han aparecido de forma recurrente en las grandes ciudades desde mediados del siglo XIX sobre todo en épocas de crisis. También se han introducido elementos que se han ido integrando en las edificaciones, tales como tejados, fachadas o muros verdes que permiten mejorar las condiciones ambientales reduciendo el efecto isla de calor o el gasto energético en climatización de edificios, o los novedosos plantabandas en Chile, que implican de forma proactiva a la vecindad en su creación, mantenimiento y conservación.

 

Sin embargo estos elementos, nuevos y clásicos, han de configurarse y conectarse en forma de red para que sean funcionales y aporten de forma significativa verdaderos servicios ambientales, como por ejemplo acondicionando cubiertas para la gestión de aguas de lluvia en lo que se conoce como infraestructuras azules o jardines de lluvia, o teniendo en cuenta parámetros e índices cuantitativos como el índice de funcionalidad de los parques de Vitoria-Gasteiz, que permitan alcanzar una plena funcionalidad para el fomento de la conservación de la biodiversidad en sus parques y jardines, como es el ejemplo desarrollado en la ciudad de Barcelona.

 

A modo de conclusión, se ha destacado que las infraestructuras verdes (a pesar de lo conflictivo del término dependiendo de las características intrínsecas de la zona geográfica en la que nos encontremos), son un factor muy importante en el bienestar de la sociedad y en el desarrollo de las ciudades. Es por ello que se recomienda un fomento de la comunicación y la participación social en su desarrollo, integrando en la legislación sobre ordenación territorial y otorgando una nueva dimensión a la protección de los suelos con mayor valor ambiental en las diferentes escalas de la planificación territorial y urbana. Se insta a las administraciones competentes a definir la infraestructura verde a nivel nacional y marcar de forma clara estrategias y directrices para su regulación a nivel autonómico y local.

 

 

 

Rodrigo A. Martínez Catalán

 

Jorge Ortega Marcos



Menu Áreas Tematicas CONAMA 2016

01 Energía

02 Movilidad

03 Renovación Urbana

04 Desarrollo Rural

05 Biodiversidad

06 Agua

07 Calidad Ambiental

08 Residuos

09 Economia

Imagen11